... además de la foto maestra, los sobrinos heredamos un montón de cosas de la Tia Doris, entre ellas, esta silla magistral. Y de no haber sido por el sobrino Paolo (quien se percató del hecho), no nos habríamos dado cuenta de que no sólo heredamos la silla de la Tía Doris, sino tambien la huella de su trasero, marcada a fuego...
Gracias Tia Doris...
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