domingo, 24 de agosto de 2008

El casete



Había pasado casi una semana desde que me apropié de tiadoris (así le puse a la radio de cariño) y ya se me había olvidado lo del caset que llevaba dentro hasta que Paolo se fijó en él cuando le mostré, con orgullo, mi joyiya. ¿Y viene con caset? dijo él, casi sin creerlo, como quien pregunta por una reliquia. Y luego, con los ojos brillosos, me preguntó si podíamos escucharlo. Obvio. Lo pusimos en una casetera y apretamos play.
Se produjo un instante de silencio milagroso, con Paolo y yo casi arrodillados frente a la radio, luego un ruido de canción mal grabada chirrió hasta desembocarnos en un tema, La Cumparsita, cantado en "español" por Julio Iglesias.
Por devoción, Paolo y yo seguimos escuchando el "Si supieras, que aun dentro de mi alma, conservo aquel cariño que tuve para tí" que siseaba Julito, hasta que el finalizar la canción, apareció un antiguo jingle de restorán Cap Ducal, de principios de los noventa.
Mi amigo y yo nos miramos y supimos al instante que la tía era especial, pese a su edad y anacronismo, había aprendido a grabar música desde la radio. Claro que su osadía terminó ahi, ya que nunca cambió el casete.
Desde entonces Paolo se unió a este extraño culto por la tía.

1 comentario:

pasandose de largo dijo...

y nunca la voy a dejar.
Aguante Tía, Italia toda esta contigo.