jueves, 28 de agosto de 2008
Julio Barboza
Los primeros dos hogares que conoció la tía al mudarse a Chile. Que bueno que cumplió con la obligación de empadronarse.
domingo, 24 de agosto de 2008
El casete
Había pasado casi una semana desde que me apropié de tiadoris (así le puse a la radio de cariño) y ya se me había olvidado lo del caset que llevaba dentro hasta que Paolo se fijó en él cuando le mostré, con orgullo, mi joyiya. ¿Y viene con caset? dijo él, casi sin creerlo, como quien pregunta por una reliquia. Y luego, con los ojos brillosos, me preguntó si podíamos escucharlo. Obvio. Lo pusimos en una casetera y apretamos play.
Se produjo un instante de silencio milagroso, con Paolo y yo casi arrodillados frente a la radio, luego un ruido de canción mal grabada chirrió hasta desembocarnos en un tema, La Cumparsita, cantado en "español" por Julio Iglesias.
Por devoción, Paolo y yo seguimos escuchando el "Si supieras, que aun dentro de mi alma, conservo aquel cariño que tuve para tí" que siseaba Julito, hasta que el finalizar la canción, apareció un antiguo jingle de restorán Cap Ducal, de principios de los noventa.
Mi amigo y yo nos miramos y supimos al instante que la tía era especial, pese a su edad y anacronismo, había aprendido a grabar música desde la radio. Claro que su osadía terminó ahi, ya que nunca cambió el casete.
Desde entonces Paolo se unió a este extraño culto por la tía.
viernes, 22 de agosto de 2008
La Joyita
La tía se fue de su casa y dejó atrás muchas de sus cosas, entre ellas, esta radio National que apenas divisé en la cocina, supe que era mía. Al tomarla no pude dejar de notar que aún tenía el caset de demostración adentro. Grande tía, pensé, y apreté play. Pero el mecanismo casetero estaba dañado. Imagino que ese fue el único caset que escuchó durante por lo menos los últimos quince años hasta que se arruinó la casetera. De ahí sólo sintonizó la radio.
jueves, 21 de agosto de 2008
miércoles, 20 de agosto de 2008
Argentina
Siempre pensé que la tía era uruguaya. Juraría que ella misma me lo dijo, soy uruguaya, y algo de su acento. Además que al abandonar Chile se fue a Montevideo, donde su hermana. Qué mayor evidencia de uruguayeidad que esa. Por otro lado, tambien recuerdo a la tía hablándome de Entre ríos, de su casa, dos caballos y una bici. No sé qué pasaba, pero había un camino por donde transitaba la tía -ya sea en uno de los dos caballos o en la bicicleta. Y ahi el camino era como largo y terminaba en un cuerpo de agua. Estaba soleado y la tía era feliz.
Uruguaya y argentina. Yo creo que la tía intentaba decirme algo con sus dos nacionalidades.
martes, 19 de agosto de 2008
El Tio Juan
El tío Juan para mi siempre fue una persona enigmática. Era polaco, igual que mi abuelo, y aunque vivió en Chile más de cuarenta años, siempre habló con un acento extraño. Nunca supé en qué trabajaba exáctamente, sólo que tenía máquinas (como la de la foto) además de un par de panales de abeja. De hecho en su casa siempre había propóleo y miel.
Entre las cosas que le gustaban al tío Juan recuerdo tres y van en orden de preferencia. Fumar. Hacer fuegos para quemar hojas todos los sábados en la tarde. Una pasta que le hacia tia Doris que consistía en mucha cebolla picadita fina y frita con mucho tocino -a mi también me gustaba esa pasta.
Producto de su afición al cigarrillo, el tío Juan sufría de una tos horrible. Recuerdo que de pequeño pensaba que el tío se nos moría asfixiado cada vez que lo escuchaba toser. Iba a verlo y estaba rojo, con un pañuelo en la mano, y como abatido por algo.
El tío era bueno mestreando. Se la pasaba martillando por su casa. Tenía muchas herramientas y los dedos machucados. De hecho había dos que no podía mover en su mano derecha y cada vez que te saludaba los sentías ahi, empujándote la palma de la mano. Una vez le pregunté qué le había pasado y se sonrió. Me dijo que había sido un accidente con un martillo. No le creí.
jueves, 14 de agosto de 2008
Hippie Doris
¿Quién ese ese? le pregunté a mi vieja, acercándole la foto. Es la tía Doris cuando joven, me dijo ella, y siguió en lo suyo.
Estabamos en casa de la tía, viendo qué hacer con sus cosas después de su fugaz partida.
Le pegué otra mirada a la foto. Era un hombre. De unos 18 años y medio hippie. Imposible que fuera la tía Doris.
Pero tiene afro, insistí.
Mi mamá se molestó. Dijo que cómo no iba a saber ella quien era y quien no era la tía Doris.
Yo creo que no es la tía Doris.
en fin
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