martes, 2 de septiembre de 2008

Fe

La tía iba a misa todos los domingos en la mañana. A misa de doce. Nunca hablé de religión con ella, pero siempre intuí que su asistencia frecuente era parte de una enigmática acción de arte que sólo ella entendía. Como tía Doris en misa.

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